Chanel elige a la modelo refugiada en su nueva campaña

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La nueva campaña de Chanel para la precolección otoño-invierno 2018/2019, lanzada hoy, tiene como protagonista a la modelo refugiada sursudanesa Adut Akech, que se convierte en una de las nuevas representantes de la «maison» tras haber abierto y cerrado sus dos últimos desfiles.


Akech fue a principios de este mes la segunda modelo negra que vistió un vestido de novia en la pasarela de la firma, diseño emblemático que suele cerrar las presentaciones de Costura, y también abrió el «show» Crucero, en mayo de este año.
La «top model», que debutó en Saint Laurent en septiembre de 2016 y desfiló en exclusiva para la firma durante dos temporadas antes de alcanzar mayor fama, aparece en la publicidad de Chanel, fotografiada por el diseñador Karl Lagerfeld, con un vestido negro marcado bajo el pecho con cinturón y logo de la casa.
Nacida en 1999 en lo que ahora es Sudán del Sur (independiente de Sudán desde 2001), pasó su infancia en el campo de refugiados de Kakuma, en Kenia, y con seis años se trasladó junto a su familia a Australia, adonde llegaron sin apenas posesiones.
Akech, implicada en la lucha contra las armas de fuego, reivindicó su condición de refugiada cuando un programa de televisión recibió críticas en Australia por retratarla como tal.
«Soy una refugiada, es lo que soy y no me avergüenzo ni me enfado por ello. Sí, soy una ciudadana australiana y soy una sursudanesa australiana, pero sigo siendo una refugiada», dijo en una entrevista en el diario británico «The Guardian» en 2017.
Tras el desfile de julio, la modelo mandó un mensaje en su cuenta de Instagram animando a sus seguidores a mantenerse en pie ante la adversidad.
«Poco importa de dónde vengáis o a dónde vayáis. No perdáis la pasión ni la perseverancia y, sobre todo, no abandonéis nunca porque acabaréis consiguiendo vuestro sueño», escribió.
En las nuevas imágenes de Chanel, Lagerfeld la seleccionó para representar una línea que encarna «la sobriedad y la elegancia atemporal» y celebrar la «elegancia y modernidad» de la firma. La colección llegará a las tiendas a finales de este mes.

 

Debates en torno a la maternidad

La tendencia a no tener hijos va en aumento, pero no está claro si es producto de las consecuencias que acarrea ser madre, o una decisión libre.

En la página anterior, ‘Ayer’ (1930), del tríptico de Man Ray ‘Ayer, Mañana, Hoy’. Un posible homenaje en femenino a las medidas perfectas del ‘Hombre de Vitruvio’, de Leonardo da Vinci. / Man Ray (Corbis)

No tener hijos por decisión propia se ha convertido en una opción cada vez más extendida en Occidente. Muchas mujeres prefieren centrarse en su vida personal y profesional que afrontar lo que acarrea ser madre. En Estados Unidos, uno de los países en los que más ha crecido esta tendencia, una de cada cinco mujeres supera la edad fértil sin haber tenido descendencia (en los años setenta eran una de cada diez), ya sea por motivos socioeconómicos, circunstanciales (no haber encontrado la pareja idónea) o problemas de fertilidad. En Europa, donde la tendencia sigue el mismo camino, destaca Alemania, con uno de los mayores porcentajes de no madres del mundo. Los defensores de una vida sin hijos reivindican con orgullo su elección. Pero la presión de la sociedad para que los tengan se mantiene.

Melanie Notkin lidia con ello a diario. Su libro The Otherhood, el término que la autora norteamericana ha acuñado para referirse a “las otras mujeres”, es un grito que describe la realidad de miles de treintañeras que, como ella, se enfrentan a la misma pregunta de amigos, familiares, compañeros de trabajo y hasta extraños: ¿cuándo van a ser madres? Notkin decidió narrar la verdad de las mujeres sin hijos hace tres años, cuando empezó a colaborar con The Huffington Post. “Muchas personas te dicen que puedes tenerlos sola”, explica desde Nueva York, “que eres demasiado exigente… pero la solución no es tan fácil”. Las mujeres que deciden no ser madres son más de las que parece, no se sienten representadas y, como Notkin, han decidido alzar la voz en libros, en documentales, en Internet.

Los defensores de una vida sin hijos reivindican con orgullo su elección. Pero la presión de la sociedad para que los tengan se mantiene

En Estados Unidos este debate se ha hecho más público que en Europa. “Si tuviera hijos, me odiarían”, ha declarado la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, de 60 años. “No tengo hijos, pero mi vida ha sido satisfactoria. También lo habría sido con hijos”, ha dicho Condoleezza Rice, exsecretaria de Estado con George W. Bush, también de 60 años. En el ensayo No quiero hijos. ¿Estoy loca? ¿Por qué nadie me deja en paz?, la bloguera norteamericana Gala Darling defendió que “hay otras cosas que quiere hacer con su vida” y que la única parte incómoda es cuando aquellos que escuchan su respuesta actúan como si la conocieran mejor que ella misma. Darling apunta a las dos claves de este asunto: “La sociedad espera que las mujeres tengan hijos (…). Pero también es una cuestión de respeto; cuando dices que no quieres tenerlos, ese debería ser el fin de la conversación”.

La realidad es que rara vez acaba ahí. Afecta a las mujeres que saben que nunca serán madres y a las que esperan serlo un día que aún no ha llegado. Tabitha, autora del blog Geektastic, denunció, como muchas otras blogueras, la intromisión que siente cuando le preguntan por qué no tiene hijos. “Cuando seas madre lo entenderás” o “Seguro que cambias de opinión” son algunas de las respuestas habituales. “Puede que no sea su intención, pero cuando contestan que cambiaré de idea, me están diciendo que mi elección no es válida, y ese no es el caso”. Otras veces los comentarios llegan sin invitación. Beth Lapides se encontraba en el fisioterapeuta cuando, al hacer un gesto de dolor, le contestó: “No aguantas nada, mejor que nunca tengas hijos”. En su ensayo, recopilado en el libro No es broma, escritoras que se saltan la maternidad, Lapides se pregunta incluso si tal afirmación es legal.

‘Mañana’ (1931), del tríptico ‘Ayer, Mañana, Hoy’. / Man Ray (Corbis)

Notkin explica que, a través de su propia experiencia y de los datos recabados para el libro, entendió que cada vez más mujeres mayores de 35 años no tienen hijos no solo por decisión propia, sino por circunstancias. “Quieren hacer lo que sea correcto para ellas”, comenta. “Son modernas, libres, independientes y también quieren tener hijos, pero son una mayoría silenciosa”. Una investigación dirigida por Catherine Hakim, una científica social británica, realizada en 25 países concluye que la decisión de no tener hijos de forma voluntaria suele ser mayor entre los hombres que entre las mujeres. Sumando los dos géneros, asegura que menos del 10% de las personas que descartan ser padres lo han hecho por decisión propia.

Entre las mujeres estadounidenses de 40 a 44 años, un 18% no han sido madres, frente al 10% de 1976 (1,9 millones de mujeres frente a 580.000), según el Centro Pew de Investigaciones. Esta tendencia es similar en España (un 18,1% de las mujeres entre 40 y 44 no tienen hijos), Francia (20,6%), Finlandia (28,8%) y Alemania (tiene el récord: 33,6%), según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Es muy difícil distinguir en las estadísticas quiénes no son madres por elección. “La ausencia de hijos parece estar relacionada con la formación”, según la OCDE. Por ejemplo, en Suiza, cerca del 21% de las mujeres de 40 años no tienen hijos, pero esta proporción se incrementa hasta el 40% en el caso de las que han cursado estudios superiores. En su libro Las mujeres sin sombra o la deuda imposible. La decisión de no ser madre, la psiquiatra francesa Geneviève Serre ha identificado el perfil de quien se inclina por esta opción con el de una licenciada, ejecutiva y urbana.

Para las mujeres que temen arrepentirse, o que simplemente quieren aplazar su embarazo, la ciencia ha puesto a su disposición la congelación de óvulos. Las firmas de abogados fueron las primeras en ofrecer esta técnica en su cartera de beneficios salariales, junto a los cheques restaurante y el seguro médico. Cuando recientemente salió a la luz que también lo habían hecho las compañías Apple y Facebook, el tema generó una gran polémica. Los defensores de esta iniciativa consideran que cubre una necesidad cada vez más extendida entre la plantilla femenina por decisión propia. Para sus críticos, se trata de una forma indirecta de presionar a las empleadas para que no tengan hijos en lugar de facilitar medidas de conciliación que faciliten compatibilizar carrera y maternidad.

“Todavía se asume que las personas van a ser más felices si tienen hijos. Ahora mismo los niños son un lujo, una elección”, afirma Laura Scott

“Necesitamos redefinir el concepto de familia y reconocer que las mujeres tienen valor más allá de su capacidad para traer niños al mundo”, denuncia Laura Scott, que creó en 2003 Childless by Choice, un proyecto para investigar por qué aumentaba el número de mujeres que como ella, decidieron no ser madres. Ella y Notkin coinciden en que la mayoría de las mujeres esperan ser madres entre los 25 y 35 años, pero por circunstancias se ven obligadas a aplazarlo y cuando llegan a los 45 años ya no quieren. “Otras, por el contrario, lo habrán decidido deliberadamente desde mucho antes”, dice Scott.

“La educación es un factor determinante, pero también la economía”, asegura, en referencia a la deuda que contraen muchas universitarias para sufragar sus estudios. Notkin coincide en que la situación actual es el resultado de que las mujeres están utilizando opciones variadas y no solo las que se esperaba de ellas. Asegura que en la conversación actual que miles de mujeres mantienen a través de blogs, foros o libros, puede parecer “más feminista” decir que no tienes niños, como si fuera la decisión más auténtica, cuando en realidad se trata de un proceso más complejo.

Tener o no tener hijos está menos asociado con la identidad femenina ahora que hace 50 años, se entiende que no es el destino de las mujeres, sino una combinación de factores, pero eso no significa que la sociedad en general y la estadounidense en particular, profundamente arraigada en valores tradicionales, hayan evolucionado al mismo ritmo que millones de mujeres. “Todavía se asume que las personas van a ser más felices si tienen hijos”, lamenta Scott. “Debemos deshacernos de la noción de que los niños son inversiones económicas de futuro, ahora mismo son un lujo, una elección”.

Paris by Chanel

It all began in rue Cambon, first at N°21 where Gabrielle Chanel opened her millinery shop in 1910, and then at N°31, the address of a lifetime.
Number 31 is home to the salons where Gabrielle Chanel would present her collections, the ateliers where the seamstresses fashioned her designs, the legendary mirror-lined staircase and even her apartment. And still today the myth continues on. It’s here at this very address and in the same Studio that Karl Lagerfeld continues to design his collections for CHANEL. These days the elegant understated salons restyled by the designer, welcome the celebrities and Haute Couture clients who come for their fittings. The staircase is still there and the ateliers continue to bring the design sketches to life.

Then it’s on to the Ritz, where Gabrielle Chanel took up residence in 1937 and remained until her death. From the dining room which looks on rue Cambon she could see customers on their way to her boutique. Her suite overlooks place Vendôme, whose octagonal shape inspired her for the stopper of the N°5 perfume bottle. Today, the House of CHANEL’s Fine Jewellery and Watches is installed at N°18 place Vendôme.

Next comes the Grand Palais, the theatrical backdrop to the CHANEL runway shows. Beneath its gigantic nave, Karl Lagerfeld’s collections offer a moment of dreams, season after season.

From Gabrielle Chanel to Karl Lagerfeld, discover these mythical addresses which have forged the legend of the House and where the story of CHANEL continues to be written today.

Solo 11 mujeres en la lista de los CEOS mejor pagados

Entre los doscientos CEO mejor pagados en Estados Unidos apenas hay una decena de mujeres, once en concreto y que encabezaMartine A. Rothblatt, líder de United Therapeutics y considerada la décima CEO mejor pagada según la lista de la consultora Equilar que publica The New York Times.

La siguiente en aparecer en esta lista es la presidenta y CEO de Yahoo, Marissa Mayer, en el puesto número 34. Le siguen Carol M. Meyrowitz, de TJX Companies (puesto 56); Phebe N. Novakovic, de General Dynamics (78); y la presidenta de Hewlett-Packard, Margaret C. Whitman, (95). Después del ecuador de la lista, se incrementa el número de mujeres, comenzando por la presidenta de Lockheed Martin, Marillyn A. Hewson, en el 119, y seguida por Irene B. Rosenfeld, de Mondelez International (146); Virginia M. Rometty, de IBM (148); Mindy F. Grossman, de HSN (157); Ellen J. Kullman, de Dupont (174); e Indra K. Nooyi, de PepsiCo (176).

Son pocas y ganan menos

La desigualdad no viene solo por el exiguo número de mujeres que aparecen en la lista, también vuelve a aparecer la brecha salarial ya que el salario medio de las mujeres en la lista de los 200 directivos es de 15.7 millones de dólares, 1.6 millones menos que el medio para los hombres y el grupo en su conjunto.

Son muy pocas las mujeres en el estudio de Equilar como para llegar a alguna conclusión definitiva sobre el género y los sueldos a nivel directivo. Sin embargo, los hallazgos de toda una gama de economistas que han estudiado los sueldos de los altos ejecutivos indican que la tendencia es que a las mujeres en puestos de alta jerarquía les vaya tan bien como a los hombres en la misma categoría.

Tomado de News Women in Management de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en Gestión de Organizaciones

Rosie la Remachadora: la verdadera historia que esconde el icono del feminismo

¿Por qué una ilustración de 1942 sigue inspirando al mundo? La mujer del pañuelo de lunares que se arremanga para marcar músculo no nació, precisamente, con la voluntad de empoderar a la mujer.

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Geraldine Doyle, la mujer que inspiró el histórico póster.

Foto: AFP

Hace unos días Beyoncé actualizaba su perfil de Instagram con una imagen cargada de significado. En ella podía verse a la cantante caracterizada como uno de los mayores iconos de empoderamiento reconocidos por la cultura popular, Rosie la Remachadora (Rosie the Riveter, en inglés). La fotografía no iba acompañada de ningún texto pero la carga simbólica era evidente y nada sutil: la poderosa vestida de empoderada, un icono multiplicado al cuadrado. Hasta la fecha ha conseguido 1.240.000 ‘me gusta’ en la red social.

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La imagen de Rosie ha sido absorbida por la cultura popular occidental, pasando a convertirse en una figura ligeramente exenta de significado. Aunque su mensaje está claro, el efecto de la reproducción en cadena (al modo de la lata de sopa de Warhol) ha hecho que su historia se haya distorsionado, para convertirse en un emblema de la mujer trabajadora e independiente. Porque, si hacemos memoria, no siempre ha estado asociada al mismo tipo de empoderamiento femenino que representa en la actualidad.

Las ‘Rosies’: obreras para la Guerra

Pese a tener un nombre propio, Rosie no representa a una sola mujer, sino a miles. A principios de los años 40, coincidiendo con la II Guerra Mundial, muchos hombres estadounidenses abandonaron sus puestos de trabajo para partir al frente. El Gobierno comenzó entonces una potente campaña para convencer a las mujeres de que ocupasen su lugar en las fábricas.

Publicidad y vídeos promocionales apelaban a su incorporación laboral. La maquinaria para introducir a la mujer como mano de obra barata para la guerra fue otro de los bastiones de la propaganda militar estadounidense. Una estrategia que desprendía cinco factores y mensajes clave para conseguir sus objetivos:

1) Apelaba a su deber patriótico: si no trabajaban, más hombres morirían en la guerra.

2) Las animaba a conseguir su propio sueldo, aunque después se documentaron luchas y huelgas de trabajadoras por los bajos salarios.

3) Las mujeres que trabajaban eran glamourosas (por eso se popularizó la imagen de los complementos para el pelo y el maquillaje en sitios de trabajo como fábricas de aviones).

4) Se comparaba el trabajo en las fábricas de la guerra con el trabajo doméstico. El mensaje que desprendían estas campañas era que las mujeres ‘ya tenían todas las habilidades’ para hacerlo porque eran una expertas en las tareas del hogar.

5) Se creó el ‘orgullo de esposa’. La irrupción de las mujeres en el mundo laboral podría haber creado un conflicto con el sexo masculino que no había ido al frente. Para evitar que éste se sintiese amenazado con la idea de que ellos no podían alimentar por sí mismos a su familia, se reforzó el mensaje de que debían apoyar a estas mujeres, tanto si eran mujeres de soldados como si no.

La propaganda fue, de hecho, bastante efectiva: de 1941 a 1945 el porcentaje de mujeres trabajadoras en EEUU subió del 27 al 37%. El 50% de esas mujeres desarrollaron trabajos relacionados con la industria de defensa. Hasta la revista Life les dedicó una portada, en agosto de 1943, con un extenso reportaje fotográfico (se puede ver aquí) de la ‘Rosies’ que levantaron la industria estadounidense.

Sin embargo, el papel femenino en el mercado laboral tenía una fecha límite: el fin de la guerra. En cuanto los combatientes volvieron de la batalla, ellas regresaron a su puesto de amas de casa, por muy eficientes que hubiesen sido en sus puestos de trabajo. Todas perdieron sus privilegios, incluso Wonder Woman, la superheroína que se creó para empoderar a estas mujeres que adquirían el rol de los hombres en combate, abandonó su espíritu independiente después de la guerra. En 1947, el cómic se convirtió en un romance y la joven diosa dejó de ser feminista.

Paradójicamente, con el paso de los años, la imagen más iconográfica de las ‘Rosies’ terminaría convirtiéndose en un emblema feminista.

Rosie Riveter

No existió una ‘Rosie’ única, existieron miles. Fue la masiva entrada al mercado laboral que propició la II Guerra Mundial y la marcha masiva de hombres al frente en EE UU. En la foto, una remachadora en 1944.

Foto: Cordon Press

Rosie, el icono

Dos mujeres (y una canción) son las precursoras de este legado iconográfico que en realidad fue orquestado por el Gobierno de Estados Unidos y agencias publicitarias como J. Walter Thompson. Primero llegó un himno claramente propagandístico: en 1943 se creó la canción Rosie the Riveter, con letra de Redd Evans y John Jacob Loeb e interpretada por artistas como Kay Kyser (el tema incluía versos como Rosie está haciendo historia, trabajando por la victoria, Rosie la Remachadora). La canción hablaba de su novio Charlie, un marine que se había ido al frente y al que Rosie protegía apoyando al país con su trabajo.

Uno de los rostros más reconocidos de la propaganda de EE UU fue Rosie Will Monroe. Una joven de Kentucky que trabajó en una de las fábricas de Michigan y que se encargó de poner su rostro a los vídeos promocionales  interpretando a Rosie the Riveter y reclamando el esfuerzo laboral femenino para ganar la guerra.

Después llegarían las representaciones gráficas. En 1943, The Saturday Evening Postpublicó en una de sus portadas un dibujo de Norman Rockwell protagonizado por una remachadora algo menos ‘glamourosa’ que la Rosie que todo el mundo reconoce. En su tartera aparecería el nombre de Rosie, influenciado posiblemente por la susodicha canción, y pisaba un ejemplar de Mein Kampf de Hitler.

Meses más tarde se popularizaría un póster con fecha anterior: la ilustración que The Westinghouse Power Company encargó a J. Howard Miller para subir la moral de sus trabajadores. Ésta acabaría pasando a la posteridad y a ser una de las más reproducidas del movimiento feminista: la trabajadora con el pañuelo en la cabeza y el brazo flexionado con el puño cerrado con la frase “¡Podemos hacerlo!”. La imagen estaba inspirada en una fotografía de Geraldine Doyle, una trabajadora de una acería de Chicago que por aquel entonces tenía 17 años y que desconoció totalmente la existencia del cartel hasta 1982, cuando lo vio en una revista y se reconoció.

La imagen volvió a cobrar fuerza en los 70 y los 80 con fines feministas y el resto es historia del consumo: del póster pasó a camisetas, chapas, mecheros, llaveros y casi cualquier objeto personalizable.

Fruto de esta absorción de la cultura pop, cabe destacar que Beyoncé no ha sido la única en caracterizarse como Rosie. En 2009 Alexis Bledel (conocida por su papel en la serieGilmore Girls) posó para la revista Glamour imitando al conocido personaje y Pink se vistió como ella en su videoclip Raise your Glass. Incluso la propia Marge Simpson fue portada de la revista UTNE en 2011 con su bandana, su camisa remangada y el puño a la vista: fusión de iconos.

Rosie

Alexis Biedel o Marge Simpson han sido retratadas celebrando el empoderamiento femenino.

Foto: Glamour/ UTNE

Paridad en el planeta Lego

Ladrillos rosas, ladrillos azules

Lego lanza una nueva línea de figurines de mujeres científicas tras ser criticado por sexismo

Las nuevas figuras de Lego son mujeres científicas.

Una paleontóloga, una química y una astrónoma. Todas ellas, con sus laboratorios y equipo de investigación, no levantan más de cinco centímetros del suelo. Son las tres novísimas científicas de Lego, un set de muñecos —diseñados por la científica sueca Ellen Kooijman— con el que la compañía quiere cambiar la imagen de empresa sexista que se ha ganado en este 2014. La compañía danesa, que se había destacado desde su fundación en 1934 por tratar al niño como niñ@, lleva un año negro con ataques a sus películas, sus juguetes y especialmente a su línea exclusiva para chicas.

Todo empezó con una carta enviada a la compañía por una niña de siete años el pasado mes de febrero. Charlotte Benjamin se quejaba de que “hay muchos chicos Lego y apenas chicas Lego”, argumentando además que estas muñecas “solo se dedican a estar en casa, ir a la playa y que no tienen trabajos, pero los chicos viven aventuras, trabajan, salvan a gente… incluso nadan con tiburones”. La carta se retuiteó miles de veces y saltó a medios como The Guardian. Incluso inició una petición en la web Change.org que llegó a contar con más de 40.000 firmas para cambiar esta situación. Y cabe comentar que esta nueva línea de juguetes no es una idea original de Lego, sino que nace de la científica Kooijman que envió a la web de la juguetera Lego Ideas su proyecto.

Este año una niña

de siete años protestó

por carta a Lego

Este curso, Lego ha cumplido 40 años en España y convocó para celebrarlo por primera vez una rueda de prensa. Entre el vaivén promocional hubo ocasión para tocar este espinoso tema. César Ridruejo, director general de Lego Iberia, se parapetó tras un estudio de mercado: “Es verdad que antes Lego era más unisex. Estábamos perdiendo una cuota de mercado. Se hicieron muchos estudios antes de sacar Lego Friends”. Estudios que consistieron en seguir en el día a día a las niñas de familias americanas y europeas. Las conclusiones respecto a sus gustos, según Ridruejo: “La amistad, las mascotas y, sobre todo, los detalles, por encima de la construcción”.

Y sin embargo, en su mismo campo, una compañía sueca les quitó la razón. Mojang, autores del tercer videojuego más vendido de la historia,Minecraft (más de 54 millones de copias), devolvieron en el mundo virtual la esencia de esta línea de juguetes. La construcción pura y dura. El usuario tiene como único objetivo construir, demostrar su creatividad. Y eso ha explotado en que jugadores de ambos sexos intentan erigir sus capillas sixtinas para asombro de los internautas. A pesar de que las mujeres pioneras en jugar al Minecraft hayan sufrido el acoso de los usuarios varones, las visitas a la web Minecraft.net, que acumula 7 millones cada mes, revelan un dato esencial: el 58% son mujeres, según cálculos de Google.

Anuncio de Lego de 1981.

Basta una visita virtual a la tienda de Lego Friends, la línea exclusiva de chicas, para ver que esta pasión por el ingenio que Minecraft tomó de Lego ha dejado paso a otros mensajes. Esta web desvela los siguientes eslóganes: “Es un caluroso día y eres la camarera de la cafetería. ¡Asegúrate de tomar buena nota de las órdenes para ganar puntos!”, “¡Conviértete en la mejor estilista en el famoso salón de belleza Mariposa!”, “¡Cambia la imagen de las amigas de Lego Friends para que se parezcan entre sí!”. Aunque la compañía recuerda que también existe en Friends una chica científica con su laboratorio. Pero admite que hay muchas menos profesiones y que el enfoque no está en la construcción. Su director general en España justifica esta estrategia con el éxito: “Creo que hemos dado bastante en el clavo. La línea Lego Friends está creciendo de manera importante”.

La preocupación por este mensaje en las áreas más aparentemente ligeras de la vida, las del ocio, está viviendo un gran auge. En los videojuegos, la primera industria cultural del mundo en facturación, críticas culturales como la canadiense Anita Sarkeesian (Ontario, 1984) desgranan desde YouTube para audiencias millonarias los estereotipos machistas en el medio; y también los de Lego, a la que ha dedicado dos programas. Marvel y DC se han puesto las pilas para crear mujeres alejadas de ese sueño húmedo de adolescentes varones que han plagado las viñetas de superhéroes: y así ha nacido el Thor mujer o la rediseñada Bat-Girl. Y webs como Reel Girl —fundada por la articulista de CNN o Fox News Margot Magowan y con un eslogan pegadizo: “Imaginando la igualdad en el mundo fantástico”— se dedican a rastrear en el género de moda en la cultura, el fantástico, todos los tópicos machistas que plagan cualquier obra, como, por ejemplo, la película de Lego, un éxito que recaudó casi 350 millones de euros con un presupuesto de menos de 45.

La división española reconoce

que los juguetes de la compañía

danesa eran antes más unisex

Pero lo curioso es que todo este debate no hubiera salpicado al titán danés hace tres décadas. Salto en el tiempo a 1981. Rachel Giordano, una modelo infantil de anuncios norteamericana, posaba con vaqueros y camiseta en un anuncio con el titular: Lo que es eshermoso (What it is is beautiful). En él se leía este eslogan: “Los kit universales de construcción Lego ayudarán a tus niños a descubrir algo muy, muy especial: a sí mismos”. La web Womenyoushouldknow entrevistó a Giordano, ahora una médica de 37 años, y la exmodelo lo tiene claro: “Los niños no han cambiado, pero los adultos que los buscan como clientes sí lo han hecho… ¿Qué tenemos que perder, amén de los estereotipos?”. Luego, al preguntarle a Ridruejo, director general de Lego España, por el tópico rosa-azul usado para diferenciar la línea Friends, responde: “No es exactamente rosa, es morado”.

Intimiradas: diarios femeninos en la era digital

ESTEL VILASECA 20 DE NOVIEMBRE DE 2013

 

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

La puerta del dormitorio de Lina Scheynius lleva abierta para que te asomes desde 2006. A lo largo de estos siete años ha pasado de ser una modelo anónima a la que le excitaba juguetear con la cámara y compartir sus fotos más íntimas, para convertirse en una artista cotizada. La galería Christophe Guye presentó este otoño su primera exposición en solitario en Europa coincidiendo con el lanzamiento de su quinto libro y los encargos para marcas y publicaciones de primera línea se acumulan en su porfolio.
No está sola. Scheynius representa a una nueva generación de artistas, sobre todo mujeres, que trabajan con sus propias vidas y utilizan internet para darse a conocer. La fotógrafa Florencia Serrot reunió por primera vez en 2011 a algunas de ellas en el proyecto “Girls/Diaries”. “Quería ver como chicas de distintos sitios que se hacen las mismas preguntas ofrecen respuestas visuales diferentes si son de Rusia, China o Barcelona”, nos explica Florencia que también participó en la muestra con sus propios diarios, y prosigue: “Me di cuenta que tenía que documentar este momento en relación a la fotografía y el espacio web, la libertad que suponía sobre todo para las fotógrafas más jóvenes el compartir sus memorias visuales”.

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

Lina tiene claro que “internet” ha sido la principal responsable de su desarrollo como artista. Sus imágenes, directas, provocadoras y sin tapujos, empezaron a circular por la red y en 2008 un agente fotográfico la fichó. Aunque en el mundo del arte otras artistas ya habían trabajado el autorretrato como medio de auto-exploración – Nan Goldin es un referente habitual – el contexto cambia. La galería de arte es substituida por la red, en una relación mucho más directa y privada entre artista y espectador.

Scheynius todavía se asombra de “lo rápido que una foto que te hiciste en tu dormitorio puede acabar en el dormitorio de otra persona”. Este arte sin intermediarios ha sido clave según Florencia para la evolución de esta corriente artística. “La web es un espacio abierto, no elitista que permite romper la distancia física de acceso que implica el libro o la galería. Además la fotógrafa elige el material que enseña, no hay mediadores”.

La auto-edición se ha convertido en la prolongación más allá de la red del trabajo que realizan estas fotógrafas. “Quería crear libros bonitos y baratos que no ocuparan mucho espacio”, explica Lina en su web. La fotógrafa lanzó su primera publicación en mayo de 2008, en una tirada de 400 ejemplares numerados y firmados a la venta exclusivamente a través de su página. Se agotó a las pocas semanas, al igual que las tres que le siguieron.

Uno de los temas principales en el trabajo de Lina Scheynius reside en mostrar todo aquello que de forma natural no enseñaríamos, esa intimidad que la mayoría guardamos a puerta cerrada. Piel, mucha piel. Momentos de pasión e incluso escenas de cama. Las imágenes junto a sus novios, “Me encanta fotografiar a los hombres que quiero”, nos confiesa, muestran un alto grado de exposición: “A veces me parece duro estar expuesta, y a veces desearía no haber publicado ninguna de esas fotografías. Pero esos son momentos pequeños de duda que acechan pero luego se esfuman. Publicar ciertas imágenes implica coraje, y eso forma parte del juego”.

La piel es uno de los denominadores comunes en esta tendencia fotográfica.Silvia Conde fundó en 2011 un grupo de Flickr llamado “Soft Skin” desde el que agrupa todas las fotos que le gustan. Fotografías de “belleza y sensibilidad hechas la mayoría por artistas amateurs que tienen muchas ganas y capturan las imágenes por puro placer.” nos cuenta. Ahora “Soft Skin” es también un fanzine que Silvia edita con una selección de las mejores fotografías que va recopilando.

¿Pero qué impulsa a todas estas chicas a compartir sus intimidades?Florencia tiene una respuesta: “Creo que las chicas que trabajan con la fotografía de esta manera lo hacen para responder preguntas sobre la identidad, el cómo cambian las personas que tienen alrededor, los amantes, el cuerpo, los lugares…es una forma de entender quién eres y hacia dónde te diriges. La vida es maravillosa y está plagada de belleza en el día a día”, Silvia añade que “no es sólo un medio de expresión, sino también un ejercicio de descubrimiento”. Cuando le preguntamos a Lina qué ha aprendido de ella misma haciendo los diarios responde: “Es una gran pregunta, y no estoy segura si tengo la respuesta todavía”.

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

Girls Diaries Florencia Serrot

La fotógrafa Florencia Serrot reunió a distintas fotógrafas en el proyecto «Girls Diaries».

Foto: Florencia Serrot

El País 20 de noviembre de 2003