Errores divertidos

En Brujas
En Brujas tratando de hacer una foto panorámica con mi iPhone.

Con la tecnología nunca se sabe. Muchas veces me ha pasado que tengo un problema con un aparato. Me paso horas tratando de resolverlos, busco tutoriales, manuales de usuario y cuando me doy por vencida y aparece un técnico, resulta que como por arte de magia, el problema se ha solucionado.

Sin embargo, a veces pasan cosas divertidas. En este caso se trata del mode «panoramic» del iPhone. Cuando lo descubrí fue como si me dieran una bolsa grande de besitos Hershey mientras veo una película de Woody Allen.

Así que decidí probarlo. Very cool debo decir. Pero mi primer error fue pensar que porque la foto es panorámica el teléfono debe colocarse en esa posición. Mistake, en esa posición no pasa nada. Debes mantenerlo vertical.

iPhone
En el patio del Museo Louvre tratando de hacer una foto panorámica con el iPhone.

Lo chévere fue que mientras encontraba cómo se hacían estas fotos me salieron unos engendros espontáneo de lo más interesantes.

Son imágenes esquizofrénicas partidas por la mitad y que una parte no tienen que ver con la otra.

O la imagen de repite cortada como si se hubiera tomado de arriba hacia abajo. En fin que se ven muy divertidas y originales. Ahora si me dicen que haga este tipo de foto de manera consciente, pues no podría hacerlo. No tengo la menor idea cómo salieron así.

Es la magia de la fotografía en combinación con la incertidumbre de la tecnología. Me recuerda mucho a la fotografía análoga y lo que se puede hacer con las cámaras «lomography».

Inténtalo a ver qué te sale. Mis panorámicas quedaron bellas, pero estas son muy divertidas.

En el patio del Museo Louvre intentando hacer una foto panorámica con mi iPhone.
En el patio del Museo Louvre intentando hacer una foto panorámica con mi iPhone.
Foto originales con el iPhone.
Foto originales con el iPhone.
Anuncio publicitario

Artículo recomendado. Me encanta esta bloguera!

«No te deseo ningún mal pero ojalá seas la amiga sin Whatsapp»*

Por: Karelia Vázquez | 16 de enero de 2014

SinWhatsapp2

© Gloria Rodríguez

Hace muchos años me apunté a este grupo de Facebook y ahora como si de una profecía se tratase me he convertido de la noche a la mañana en «la amiga sin Whatsapp«. La única. The only one.

Quedarse sin Whatsapp es caer en desgracia. De repente dejas de existir, te pierdes en el limbo en el que flota la gente sin Whatsapp. Sí, ese limbo existe. Llevo diez días ahí -no es un experimento Antigurú aunque algunos así lo crean-, es que finalmente me han robado el teléfono. Tengo Ipad, ordenador, estoy en Facebook, en Twitter, enInstagram, pero todo da igual. Sin móvil no hay Whatsapp.

He intentado ponerme en modo Zen, mística y espiritual, para disfrutar de las ventajas que algunos encuentran en el silencio que lo acompaña a uno a todas partes cuando renuncia -o las circunstancias le hacen renunciar- a la mensajería instantánea, y la verdad, hasta hoy no las he encontrado. No percibo el cielo más azul, no escucho cantar a los pájaros, tampoco disfruto como nunca antes de los pequeños detalles de la vida. Para qué nos vamos a engañar, ahora mismo mataría por tener el síndrome de la vibración fantasma(esa falsa sensación de que te está entrando un mensaje).

Y no es que tenga mono de Whatsapp. Eso nunca. Sino que como cualquier ser humano soy un animal social, y mi vida social, como la de muchos homo sapiens de la primera década del siglo XXI que habita el mundo occidental transcurre enWhatsapp. Ya no es suficiente con estar conectado a Internet. Necesitamos un sistema de mensajería instantánea gratuito (o casi) donde también estén todos tus amigos, conocidos y enemigos (o casi).

Así que me he dedicado a documentar lo que ha quedado de mi vida social después del naufragio. A saber:

  • Pertenecía de un modo activo y con mayor o menor orgullo a unos seis grupos de Whatsapp con los que interactuaba como promedio tres veces por semana con períodos intermedios de latencia. Me consta que siguen vivos, que durante mi ausencia se siguen dirimiendo asuntos en esas asambleas, pero ignoro lo que se cuece en ellos. Nadie parece recordar que algún día estuve allí. Nadie siente la necesidad de consultarme nada. Simplemente no estoy.
  • Solía hablar con unos diez amigos de modo individual a lo largo de la semana gracias a Whatsapp. De todos ellos, he vuelto a reanudar la conversación con uno por el chat de Gmail, con otra por mensajes de correo electrónico, con una tercera por mensajes privados de Facebook, con otra por mensajes públicos en el muro de idem, y con un otro par -¡paren rotativas!- por llamadas al teléfono fijo (lo cual supone una muestra infinita de amor). Así que mis interacciones sociales más inmediatas se han visto reducidas en un 40% en diez días sin Whatsapp. Eso sí, he de reconocer que el otro 60% ha dado muestras de tesón y creatividad por mantener el contacto.
  • Mis conversaciones sin Whatsapp son cortas y se refieren a temas concretos. De hecho no las definiría como conversaciones, son contactos. Se ha acabado la cháchara virtual. Fuera de Whatsapp la gente es increíblemente eficaz y productiva, y va a lo suyo.
  • No he vuelto a utilizar un emoji. Yo no lo he enviado por razones obvias y nadie me lo ha enviado a mi. Los emojis son los comodines de la comunicación no verbal. Sin ellos estamos perdidos. No hay nada que sustituya al guiño ni a la flamenca de Whatsapp, ninguna palabra puede expresar en su totalidad el significado de la mierda con ojos. Sin emojis estamos más solos que la una, ya lo decía esta señora, Mimi Ito, antropologa cultural de la Universidad de California: «La gran ventajade los emojis es su indefinición. Un emoji no significa nada en concreto pero significa todo, es como el saludo de un amigo desde la acera de enfrente. No tienen otra misión que dar una sensación de acompañamiento virtual continuo en el que nos sentimos cómodos y seguros».
  • Además en las dos semanas que llevamos de año ya me he quedado fuera de varias conversaciones analógicas que eran la continuación de otras que nacieron y crecieron en Whatsapp, y de las cuales lo ignoro todo. Sí, lo que pasa en Whatsapp se queda en Whatsapp.

Algunos expertos anglosajones que se mueven entre el mundo de las redes sociales y la autoayuda hablan de los lazy contacts (los contactos que no requieren mucho esfuerzo) y animan a que las relaciones, sobre todo las sentimentales, se construyan sobre una base más sólida. Es decir, que no se mantengan mucho tiempo en un territorio tan cómodo y protegido para todas las partes. Como lazy communications clasifican la mensajería instantánea como Whatsapp, los chats, los SMS, los likes en Facebook … y en general cualquier contacto que no requiera dar la cara, permita cierto grado de ambigüedad y, llegado el caso, emprender una retirada más o menos segura. Aquí os dejo un post del blog Baggage Reclaim que cuenta cómo hacer una dieta de este tipo de contactos. (en Inglés)

No es que crea que haya que bajar a la mina para que el contacto con otra persona tenga valor, pero cuando se está en peligro de exclusión social, y cuando uno no tieneWhatsapp lo está, valora mucho que alguien decida salirse de la corriente y buscarse la vida para comprobar si el otro aún mantiene en orden sus constantes vitales.

Y si al lector que haya llegado hasta aquí le pueda parecer que tengo una relación patológica con la aplicación llamada Whatsapp les dejo varios estudios que aseguran aquíaquí que no hay nada malo en mantener el 50% de la vida social en servicios de mensajería instantánea. No alteran la vida analógica, y ¡ojo! son útiles para no perder el tiempo con el teléfono.

Y aunque al hecho de no tener Whatsapp podría buscarle un giro esnob, algo que me haría parecer una persona interesante y con un intenso mundo interior, yo solo quiero volver a tener un teléfono con Whatsapp porque sí, no sé vivir sin Whatsapp, y porque como tantos otros en este país también recuerdo aquel día como uno de los más angustiosos de mi vida:

N_real_madrid_humor-5840399

* «No te deseo ningún mal pero ojalá seas la amiga sin Whatsapp» es un grupo de Facebook.

POSDATA: Amigo sin Whatsapp, Amigo caro (Proverbio chino).

Compartir

 

Intimiradas: diarios femeninos en la era digital

ESTEL VILASECA 20 DE NOVIEMBRE DE 2013

 

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

La puerta del dormitorio de Lina Scheynius lleva abierta para que te asomes desde 2006. A lo largo de estos siete años ha pasado de ser una modelo anónima a la que le excitaba juguetear con la cámara y compartir sus fotos más íntimas, para convertirse en una artista cotizada. La galería Christophe Guye presentó este otoño su primera exposición en solitario en Europa coincidiendo con el lanzamiento de su quinto libro y los encargos para marcas y publicaciones de primera línea se acumulan en su porfolio.
No está sola. Scheynius representa a una nueva generación de artistas, sobre todo mujeres, que trabajan con sus propias vidas y utilizan internet para darse a conocer. La fotógrafa Florencia Serrot reunió por primera vez en 2011 a algunas de ellas en el proyecto “Girls/Diaries”. “Quería ver como chicas de distintos sitios que se hacen las mismas preguntas ofrecen respuestas visuales diferentes si son de Rusia, China o Barcelona”, nos explica Florencia que también participó en la muestra con sus propios diarios, y prosigue: “Me di cuenta que tenía que documentar este momento en relación a la fotografía y el espacio web, la libertad que suponía sobre todo para las fotógrafas más jóvenes el compartir sus memorias visuales”.

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

Lina tiene claro que “internet” ha sido la principal responsable de su desarrollo como artista. Sus imágenes, directas, provocadoras y sin tapujos, empezaron a circular por la red y en 2008 un agente fotográfico la fichó. Aunque en el mundo del arte otras artistas ya habían trabajado el autorretrato como medio de auto-exploración – Nan Goldin es un referente habitual – el contexto cambia. La galería de arte es substituida por la red, en una relación mucho más directa y privada entre artista y espectador.

Scheynius todavía se asombra de “lo rápido que una foto que te hiciste en tu dormitorio puede acabar en el dormitorio de otra persona”. Este arte sin intermediarios ha sido clave según Florencia para la evolución de esta corriente artística. “La web es un espacio abierto, no elitista que permite romper la distancia física de acceso que implica el libro o la galería. Además la fotógrafa elige el material que enseña, no hay mediadores”.

La auto-edición se ha convertido en la prolongación más allá de la red del trabajo que realizan estas fotógrafas. “Quería crear libros bonitos y baratos que no ocuparan mucho espacio”, explica Lina en su web. La fotógrafa lanzó su primera publicación en mayo de 2008, en una tirada de 400 ejemplares numerados y firmados a la venta exclusivamente a través de su página. Se agotó a las pocas semanas, al igual que las tres que le siguieron.

Uno de los temas principales en el trabajo de Lina Scheynius reside en mostrar todo aquello que de forma natural no enseñaríamos, esa intimidad que la mayoría guardamos a puerta cerrada. Piel, mucha piel. Momentos de pasión e incluso escenas de cama. Las imágenes junto a sus novios, “Me encanta fotografiar a los hombres que quiero”, nos confiesa, muestran un alto grado de exposición: “A veces me parece duro estar expuesta, y a veces desearía no haber publicado ninguna de esas fotografías. Pero esos son momentos pequeños de duda que acechan pero luego se esfuman. Publicar ciertas imágenes implica coraje, y eso forma parte del juego”.

La piel es uno de los denominadores comunes en esta tendencia fotográfica.Silvia Conde fundó en 2011 un grupo de Flickr llamado “Soft Skin” desde el que agrupa todas las fotos que le gustan. Fotografías de “belleza y sensibilidad hechas la mayoría por artistas amateurs que tienen muchas ganas y capturan las imágenes por puro placer.” nos cuenta. Ahora “Soft Skin” es también un fanzine que Silvia edita con una selección de las mejores fotografías que va recopilando.

¿Pero qué impulsa a todas estas chicas a compartir sus intimidades?Florencia tiene una respuesta: “Creo que las chicas que trabajan con la fotografía de esta manera lo hacen para responder preguntas sobre la identidad, el cómo cambian las personas que tienen alrededor, los amantes, el cuerpo, los lugares…es una forma de entender quién eres y hacia dónde te diriges. La vida es maravillosa y está plagada de belleza en el día a día”, Silvia añade que “no es sólo un medio de expresión, sino también un ejercicio de descubrimiento”. Cuando le preguntamos a Lina qué ha aprendido de ella misma haciendo los diarios responde: “Es una gran pregunta, y no estoy segura si tengo la respuesta todavía”.

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

Lina Sceynius

Foto: Lina Sceynius

Girls Diaries Florencia Serrot

La fotógrafa Florencia Serrot reunió a distintas fotógrafas en el proyecto «Girls Diaries».

Foto: Florencia Serrot

El País 20 de noviembre de 2003

iPad Mini Retina, potencia comprimida

La pequeña tableta, ya a la venta, es la forma más barata de hacerse con el potente procesador de Apple

El iPad Mini Retina con funda envolvente.

El mismo tamaño, pero con la definición y la potencia gráfica multiplicada por cuatro, esa es la gran virtud de la versión renovada del iPad Mini. Se mantiene el precio, a partir de 389 en la versión de 16 gigas con conexión wifi. Un precio que está vez sí está justificado con la inclusión de la pantalla de alta definición. Cuando nació hace un año la tableta de pequeño formato de Apple se equipó con el procesador del iPhone 4S, cuando ya existía el 5, y la pantalla sencilla. Aún así fue un éxito de ventas, pero faltaban avances para justificar su compra más allá de la estética.

En esta ocasión sucede lo contrario, la última tecnología va dentro. La mejor pantalla de la casa (2048×1536 píxeles en 7,9 pulgadas) y el procesador de 64 bits. Por fuera es similar, con el uso gana muchísimo. No solo en juegos, donde se exprime toda la potencia del procesador y la definición de la pantalla, sino también al leer, ya sea un libro o una página web. Las letras están mejor marcadas, más afinadas, también las tonalidades.

Aunque teóricamente la batería tiene la misma duración, 10 horas, sí da sensación de dar más de sí en esta versión. La conexión a redes wifi es más sencilla, apenas se nota la demora y tanto en Facetime (la videoconferencia nativa de Apple) como con Skype, se aprecia un sonido más limpio gracias al uso de dos micrófonos.

La mejor experiencia se consigue cuando se retoca una fotografía o, más sorprendente si se edita un vídeo con iMovie, programa que antes costaba 4,99 euros y ahora viene gratis. A medida que los desarrolladores, como ya sucede con el iPhone 5S, adapten las aplicaciones, las diferencias serán más notables.

Hay dos aplicaciones que brillan especialmente. Una es Vjay, para hacer sesiones pinchando música, mezclando y proyectando vídeos ya sea a través del puerto HDMI o el sistema Airplay de la firma sin cuelgues o se pierda la sensación de tiempo real.

DayOne, un diario digital para anotar la actividad diaria, destaca como la mejor App de 2012, es también de las primeras en hacer uso concreto del chip A7. Así añade la cantidad de pasos (suponiendo que se lleve siempre encima la tableta) sin sacrificar la batería.

¿Merece la pena la compra? Si ya se tiene un iPad Mini quizá sea un cambio precipitado. Si ya se cuenta con un iPad Air, quizá sea un gasto excesivo cuando la diferencia es solo el tamaño y algo menos de peso. Si se está pensando en renovar un iPad que todavía tenga la clavija antigua puede ser la opción más económica de tener la tecnología más avanzada sin tener que llevar mucho peso encima.

Entre los detalles menores, cabe destacar una nueva gama de fundas con nuevos colores. Sí, la fiebre neon también ha llegado a la manzana. Por suerte, a diferencia de lo que sucede con el paso de la cuarta generación de iPad a iPad Air, en esta ocasión, como se mantiene el tamaño los complementos funcionan perfectamente.

‘Selfie’, palabra del año en lengua inglesa

 

Oxford Dictionaries también seleccionó entre las finalistas a bitcoin y ‘showrooming’

 

Selfie, la foto de uno mismo que habitualmente se cuelga en las redes sociales, ha sido elegida como «palabra del año 2013» por los diccionarios Oxford de lengua inglesa, tras extenderse significativamente su uso.

Oxford Dictionaries explicó hoy que el vocablo, que apareció por primera vez en 2002 en un foro de internet en Australia, ha pasado de ser minoritario a estar muy extendido, y se calcula que su empleo entre los angloparlantes ha aumentado un 17.000 % en el último año.

Según el diccionario inglés, selfie es «una fotografía que uno toma de sí mismo, normalmente con un smartphone o webcam, y que se cuelga en una web de medios de comunicación social».

Otras palabras preseleccionadas para ocupar el primer puesto en 2013 fueron twerk -el baile sexy popularizado por Miley Cyrus- y binge-watch,que significa mirar múltiples capítulos de un programa de televisión en rápida sucesión.

Schmeat, un tipo de carne producida sintéticamente a partir de tejido biológico, también optaba a palabra del año, un título que celebra la creatividad de los angloparlantes a la hora de afrontar los cambios sociales, políticos o tecnológicos.

También se consideraron para el primer puesto showrooming -examinar un producto en una tienda para después comprarlo por internet- ybitcoin, una divisa digital con la que se pueden hacer transacciones sin necesidad de un banco central.

En 2004, la palabra del año fue chav -joven de clase popular de comportamiento petulante que viste ropa de diseño auténtica o de imitación- y en 2008 fue credit crunch, como se definió al descalabro del sistema financiero por la crisis crediticia.

En 2012 la palabra elegida fue omnishambles, que describe una situación que ha sido mal gestionada y donde se han sucedido los errores.

Para ser palabra del año, no es necesario que un vocablo haya sido acuñado en los últimos doce meses, sino que ha de haberse popularizado en ese periodo.

Oxford Dictionaries calcula la utilización de una palabra con un programa de búsqueda que registra unos 150 millones de vocablos usados en internet cada mes.

Selfie ha sido la palabra revelación este año, donde ha habido incluso un selfie papal -autorretrato del Papa Francisco con unos jóvenes- y en el que han surgido derivaciones, como helfie (foto del pelo de una persona), belfie (foto del trasero) o drelfie (un selfie borracho).

 
 

Sin desperdicio!!!

«Se nos rompió el Whatsapp de tanto usarlo»*

Por: Karelia Vázquez | 23 de mayo de 2013

Colgado

© Gloria Rodríguez

 

Hace un par de días los fundadores de Whatsapp, Brian Acton y Jan Koum (Ucrania, 1976) decían a este periódico que no querían ser red social, que no almacenaban ninguna copia de los mensajes enviados y que no pretendían gastarse un duro en publicidad.

Y ni falta que les hace. Whatsapp ha entrado con tanta fuerza en nuestras vidas que un fallo en su servicio nos hace sentir seres solitarios y despreciados por el mundo. Esa sensación desoladora de mandar un whatsapp y que nadie te conteste … la única manera de superarla es leer en la prensa en un sitio destacado que Whatsapp ha estado varias horas fuera de servicio. Entonces, recuperamos el aliento. No nos hemos quedado solos. (Soy consciente de algunos no necesitan el Whatsapp para vivir, lo sé … Gente que parece normal y que luego no tiene Whatsapp).

A pesar de ser una aplicación que, según sus creadores, no ha nacido con más pretensiones que la de comunicar a los mortales, como en su día lo hicieron las palomas mensajeras y el telégrafo, Whatsapp ha creado más malentendidos que cualquier otro medio de comunicación conocido hasta ahora. Por estar muy trillado no volveremos sobre el drama del check y el doble check, que ya nos ha dado muchos disgustos, ni sobre la ingeniería social que hay que poner en marcha para gestionar la vida social en un grupo de Whatsapp, un tema que tratamos en nuestro primer post. (Sepan que en la última actualización para Android se ha ampliado hasta 50 el número de personas que pueden hablar al mismo tiempo en un grupo, hasta ahora era de 30). 

Hoy me quiero centrar en la tozudez que muchos demostramos cada día teniendo el autocorrector y el Whatsapp instalados al mismo tiempo en el teléfono. A estas alturas todos sabemos que son incompatibles y que de su conjunción no se ha sacado nada bueno, pero nos gusta vivir al límite. Alguien lo contó muy bien en esta historieta que corrió como la pólvora por Internet.

Autocorrector

Mientras decidimos a qué prestación renunciamos -con toda probabilidad no seráWhatsapp-, se suceden momentos en los que el autocorrector toma vida propia y domina nuestras conversaciones. Aquí he recopilado algunos de las palabras que demuestran la malignidad intrínseca del autocorrector.

Quiero decir:                                         Dice el autocorrector:

Yesssss                                                    URSS

Estás cerca?                                             Estás cerda?

Genial!                                                   Genital

lechuga                                                   lechuza

Un consejo                                              Un conejo

hija de puta                                           hoja de ruta

Besos                                                      Bestia

 

Y así hemos ido sobreviviendo en todos estos años en nuestra inercia sin desactivar el autocorrector ni renunciar al Whatsapp.

Pero cuando consigas dominar al autocorrector -si es que esto alguna vez tiene lugar-, surgirán otros problemas semánticos. A las palabras se las lleva el viento pero los mensajes de Whatsapp permanecen indelebles en el teléfono. Y cuando uno está un poco obsesionado con una persona o asunto tiende a leer varias veces lo mismo y desarrolla el superpoder de encontrar cada vez un nuevo significado a la frase en cuestión. Es por la polisemia y la riqueza del castellano, dicen.

Pero no, queridos lectores, los que usan Whatsapp en Inglés y otras plataformas de mensajes directos, tienen las mismas dificultades de interpretación. Por eso y solo por eso han creado una web que presta un gran servicio a la humanidad, y que desde aquí pido a los emprendedores y desarrolladores web de España clonen cuanto antes (con algunas diferencias, mínimas, para que no os acusen de plagio).

Se llama HeTexted (Él ha escrito), y su misión consiste en evaluar y dar un veredicto correcto sobre cualquier intercambio de mensajes frecuentemente de naturaleza romántica o pseudorromántica, o todo lo contrario pero que una de las partes se empeña en otorgarle tal dimensión mística.

El funcionamiento es simple. La interesada (de momento está pensado para mujeres) manda una conversación (tres o cuatro mensajes con sus respuestas) y hace una pregunta. Un jurado de expertos que se jacta de conocer muy bien al género masculino da su veredicto. Para hacerlo debe escoger entre tres opciones «Está interesado», «No está interesado», «El jurado continúa deliberando».

Aquí The Huffington Post entrevistaba a Lisa Winning y Carrie Henderson McDermott, creadoras de la web.

Para que lo veáis mejor:

Una chica quiere verificar las intenciones de un usuario que se hace llamar Golden Boy(chico Dorado) y manda a la web esta conversación:

Ella empieza: ¡Hace un día maravilloso! ¿Te gustaría venir a casa esta noche, ver una peli y tomarnos un vinito?

Él: De acuerdo, hace un tiempo maravilloso. ¿Qué hiciste hoy? Yo estoy cansado, ayer salí hasta tarde y tengo un poco de resaca. Ahora estoy yendo al centro a cenar con unos amigos. Es temporada de cumpleaños. Fiesta ayer, cena hoy y cena mañana.

Veredicto del jurado:

«Está interesado»: 2  «No está interesado»: 48  «El jurado aún está deliberando»: 13

Otro caso:

Empieza el chico: ¿Lista en una hora?

Ella: Lo dudo

Él: Pero ¿quieres que hagamos algo más tarde o no?

Ella: No sé que van a hacer mis amigos

Él: Entonces, ¿no?

Ella: No.

Él: OK, voy a parar de intentarlo.

Él (una hora y 40 minutos más tarde): Te odio

Él (tres horas después): Aún sigo por la ciudad.

Veredicto:

«Está interesado»: 22  «No está interesado»: 2 – «El jurado aún está deliberando»: 0

Pero no solo las palabras traen ambigüedad en Whatsapp, la risa también: la manera de decir «jaja», «JAJA» o «jajaja» se han convertido en materia de estudio académico. Miren esta investigación de la Universidad Autónoma de México (UNAM) que se propuso » identificar los verdaderos significados de las múltiples formas de reírse en los mensajes de texto (chat, SMS, Whatsapp, Imessage, etc.).

Después de más de mil ejercicios de investigación, se demostró que el “jaja” no es una risa «verídica», y que generalmente es usado para las siguientes situaciones:

  • La persona no ha entendido el chiste pero le da vergüenza reconocerlo
  • El chiste ha sido muy malo pero no se quiere hacer sentir mal al otro
  • Si es una mujer está claro que quiere terminar una conversación con un pretendiente y le cierra el camino con un “jaja”.
  • En algunas ocasiones significa una risa sarcástica, sobre todo si se pone un espacio entre cada “ja” como por ejemplo “ja ja”

“Las pruebas indican que una verdadera muestra de risa se inicia a partir de los tres “ja” (jajaja) y que a partir de los cinco “ja” (jajajajaja) la persona probablemente sólo se está riendo para adular al otro”, ha explicado Daniel Soto-Marín Cuevas, líder del proyecto de investigación de la UNAM.

Hahah

También hay diferencias de significado según la vocal que se emplee. No es lo mismo «jeje» que «jiji». Según los investigadores, estas variantes suelen ser usadas por mujeres. «Pueden ser muestra de cierto grado de risa culpable o simplemente se usan para no abusar del “jajaja” que hacen que la conversación parezca falsa».

Ahí lo dejo. ¿Qué creías que ibais a tener un jueves tranquilo?

PD. También les dejo algunos tutoriales para desactivar el autocorrector del teléfono. (Android Iphone )

* «Se nos rompió el Whatsapp de tanto usarlo es un grupo de Facebook con 4.623 «Me gusta»

Compartir

 

El precio de un tuit

El otro día vi un tuit de una de las cuentas que más seguidores tiene en nuestro país en esta red, en el que “un famoso criollo” mencionaba estar viendo un programa en un televisor marca tal. Me recordó un artículo que leí recientemente sobre esta tendencia cada vez más extendida y usual de cobrar por publicitar marcas y productos a través de las redes sociales.

Lo que nos lleva a cuestionarnos la credibilidad de los consejos en las redes sociales. Según los especialistas, los medios de comunicación tradicionales pertenecen a grupos empresariales cuyos intereses comerciales interfieren con su misión informativa restándoles credibilidad. Por el contrario, los blogueros y tuiteros tienen la credibilidad que les da la comunicación persona a persona. Se supone que son gente como usted y yo que cuenta historias sin presiones y sin intereses ocultos, además muchas veces utilizan los productos de los que escriben, por lo tanto se cree que son fiables.

Influencia es la clave. Se trata de la capacidad de ciertas personas de “influir” en la forma de pensar o actuar de otra. Y lo relevante es el número de seguidores que tienes. Los que arrancaron fueron las «celebrities» que encontraron una nueva forma de comunicarse con sus «fans». Antes dependían de los medios tradicionales y de intermediarios, pero ahora pueden hablar directamente con ellos, agradecerles su fidelidad, comentarles sus proyectos o compartir sus productos favoritos.

Con esto, si una famosa actriz menciona en su cuenta de twitter, como quien no quiere la cosa, que ha comprado el último lipstick de una determinada marca, se espera que el efecto sea, que las jóvenes del mundo, que confían en ella sigan su ejemplo y salgan a comprar en masa el objeto en cuestión. Es una captación directa de clientes. Algo al parecer sin consecuencias a no ser que la marca mencionada pague por la recomendación.

Como es un negocio redondo, ya las autoridades se están poniendo las pilas. Este es el caso del futbolista Wayne Rooney a quien la ASA (regula la publicidad en Reino Unido), le cayó después de descubrir que uno de sus tuits era publicidad de uno de sus patrocinadores. También en los Estados Unidos, la FTC (Fair Trade Comissión) se está poniendo dura con estas prácticas. Pero, como no, si Kim Kardashian cobra 10 mil dólares por cada mensaje en el que menciona una marca y sin decir que es publicidad pagada. Le sigue el rapero Snoop Dog que se embolsa 7 mil por tuit. Nada mal.

Pero bueno, estos son los famosos. Los hay no tan famosos a quienes empresas se les acercan porque sus cuentas tienen cierta calidad y varios miles de seguidores para que, a través de plataformas comerciales rentabilicen sus cuentas. Es decir, te ofrecen tres mil dólares mensuales por dejar que la empresa use tu cuenta.

En fin, que parece que en internet todo es un fenómeno inevitable y nada negativo. Estos «influencers» marcan las tendencias, señalan la dirección del cambio y por eso el interés de las marcas en ellos.  Para los especialista, que lo consideran un buen negocio, lo importante es mantener cierta ética????

Y yo pregunto, ante una propuesta como esta ¿usted qué haría?

Tecnología: la naturaleza de mi experiencia

Somos seres tecnológicos y todas las tecnologías cambian a medida que las utilizamos. De acuerdo con Marshall McLuhan, “damos forma a nuestras herramientas, y a partir de ese momento ellas nos dan forma a nosotros”.

Gracias a la tecnología, poseemos un control que nunca antes habíamos tenido. Pensemos por ejemplo que antes de la invención de la imprenta, reproducir un libro era una labor que requería cientos de horas de trabajo artesanal especializado. Los sonidos grabados, se reducían a lo que podía registrarse físicamente en una sustancia como el vinil. El cine y la fotografía dependían de sustancias químicas caras y limitadas, rollos delicados e inflamables de película cuidadosamente preparada.

Sin embargo, todo eso ha cambiado radicalmente. En la actualidad se sube a la red cerca de una hora de video por cada minuto de tiempo real que transcurre. Nos hemos acostumbrado a la idea de una sobreabundancia de información. Sin embargo, tras nuestra resignación ante el hecho de que ahí afuera hay mucha más de la que podemos consumir, hay una curva cada vez más pronunciada, pues la suma total de información digital continúa creciendo a un ritmo sin precedentes.

Lo más importante es que cuando personalizamos una computadora o un dispositivos digital, no estamos creando un objeto como cuando escribimos un libro, pintamos un cuadro o trazamos un mapa; estamos poniendo en marcha un sistema para que otros exploren e interactúen con él. Estamos construyendo otros mundos.

Si nos interesa convivir con la tecnología de la manera más provechosa posible, debemos tener claro que lo que más importan no son los dispositivos concretos que utilizamos, sino para qué los utilizamos. Los medios digitales conforman una tecnología de la mente y de la experiencia.

Analicemos la rutina de mis propias experiencias digitales. En un día promedio, envío y recibo varios mensajes de texto, leo y mando entre 10 y 20 mensaje de correo electrónico, escribo varios tuits y paso entre dos y cuatro horas sentada frente a la pantalla de una computadora, leyendo, escribiendo e interactuando en línea.

La pregunta sería ¿a qué dedico ese período de entre dos y seis horas? No estoy segura de la respuesta, pero revela mucho sobre la naturaleza de mi experiencia. Por ejemplo si leo un libro, leo el mismo que muchas personas y seguramente de la misma manera: de principio a fin, que no es lo que ocurre cuando utilizo Facebook.

En Facebook no actúo sola, entro en un espacio público e interacciono con las personas y objetos que encuentro alrededor. Puedo actualizar mi estado, seguir los enlaces publicados por algunos amigos, involucrarme en una discusión, ver videos, consultar mi correo, escuchar música, entre otras cosas.

En una hora en línea he compartido noticias y opiniones con decenas de persona, y me gusta pensar que puedo aplicar estas experiencias a otras interacciones sociales de mi vida y reflexionar sobre: cuánto he conseguido aprender o comunicar; hasta qué punto he conectado emocionalmente con los demás; cuánto se han visto enriquecidos otros aspectos de mi vida.

Tal vez esta sea la razón de una tendencia a dotar de una mayor profundidad a los espacios públicos en el panorama digital, por personalizarlos y humanizarlos a toda costa y esto explica el afán por conseguir que los aspectos digitales de nuestra vida sean aún más complejos y caóticamente humanos.

Sexting una práctica que se populariza

Estamos viviendo la telenovela que estremece a la cúpula de la inteligencia estadounidense. Primero el director de la CIA David Petraeus renunció a su cargo al descubrirse que tiene una relación extramatrimonial, ahora quien está en capilla ardiente es John Allen máximo comandante en la OTAN. Y todo por lo que el Pentágono califica como “comunicación inapropiada” con una de las mujeres vinculadas al escándalo. Es decir un caso de lo que los expertos en las nuevas tecnologías denominan sextorsión (amenazas) y cyberbulling (acoso).

Desde hace varios meses se han publicado artículos acerca del “sexting”, que no es más que enviar mensajes, fotos o grabaciones eróticas o sexuales captadas por uno mismo a otra persona a través del teléfono celular o internet. Los expertos en las nuevas tecnologías advierten de los riesgos ya que es una práctica que se va popularizando cada vez más. Una vez enviado el material, el dueño pierde el control, y se abre la posibilidad de que se difunda de manera masiva.

Una investigación publicada en internet en septiembre por la American Academy of Pediatrics revela que un 15% de los adolescentes estadounidenses entre 12 y 18 años practica sexting. Sin embargo, no es una moda que se populariza solo en los jóvenes. Otro estudio publicado en mayo por la Universidad de Michigan, indica que un 42% de individuos entre los 18 y los 24 años intercambia material íntimo a través de internet. Esto, señalan los expertos en sexología, forma parte de las nuevas formas de la seducción y no tiene nada de malo hacerlo, pero hay que tener en cuenta que no existe seguridad de que el material se mantenga en la esfera íntima y una vez que sale de ésta, es incontrolable.

La mayoría de las personas que lo practican lo hacen con su pareja romántica. Sin embargo, muchas de las revelaciones de material erótico privado las difunden precisamente exparejas, según afirman los expertos. Generalmente, esta venganza por la ruptura se hace en redes sociales, pero también existen páginas especializadas para colgar este material. Al parecer, en algunas páginas web especializadas en el uso responsable de las nuevas tecnologías, han detectado que individuos procuran grabar a sus compañeros sentimentales para evitar el fin de la relación amenazando con la publicación. Este tipo de sextorsión no es único. También se practica el chantaje para conseguir más imágenes o favores sexuales.

La dificultad se debe a que aunque una imagen sea borrada en la Red puede acabar en cualquier servidor de otro país, además de la posibilidad de que existan copias en los dispositivos de millones de usuarios que hayan almacenado la información inicial.  “Internet no olvida”, nos recuerdan los especialistas y recomiendan que los esfuerzos deben estar centrados en la “custodia” de las imágenes eróticas de uno mismo.

El primer consejo es simple: nunca enviar imágenes en las que la persona sea reconocible —“sin cara, sin tatuajes…”. También se recomienda poner claves de acceso a las fotos que se quieren proteger en un celular. No son pocos los casos de personas que han encontrado sus desnudos publicados en Internet después de haber perdido o sufrido un robo de su teléfono. Como ejemplo, les ocurrió a las actrices Scarlett Johansson y Miley Cyrus.

Los desarrolladores de aplicaciones para celulares han dado respuesta a esta necesidad de compartir sexo de manera segura. Existe un App para iPhone con el que se pueden compartir fotografías de desnudos, que se borran del aparato receptor en 10 segundos. Sin posibilidad de copia o reenvío. Otras aplicaciones permiten bloquear imágenes, que solo serán visibles si se conoce una clave.

Cualquier medida es poca para proteger la intimidad, en vista de que las personas que practican sexting no renuncian a hacerlo a pesar de los riesgos. Cada vez es más fácil encontrar páginas accesibles desde los dispositivos móviles en las que se pueden compartir fotografías sexuales para buscar amoríos. Pero el desnudo no es la única información privada que se puede utilizar en este modo de flirteo online. Algunas aplicaciones permiten decir cuándo se mantuvo la última relación sexual, dónde y cuánto duró. Normalmente, estos servicios solo son accesibles para mayores de edad, pero los menores utilizan otras vías a su alcance, como mensajes, whatsapp o redes sociales. En estas últimas existen grupos para compartir toda suerte de material erótico, desde fotografías de exnovios hasta el número de teléfono para sextear.

El sexo, online o presencial, no es nuevo. Pero las maneras de practicarlo evolucionan a la par que la sociedad. Las nuevas tecnologías cambian la conducta de las personas, desde el trabajo hasta la cama. Unas veces se utilizan bien y otras no tanto. Mejor, si se está prevenido.